lunes, 7 de septiembre de 2009

La Torre: cuarta pintada

Volvimos al Olimpo el 8 de Agosto. La fecha se eligió para coincidir, si el clima lo permitía, con la postergada fogata de San Pedro y San Pablo.

Decidimos esta vez dividirnos en varios equipos para encarar las diferentes pintadas: terminar El Sol y empezar con dos nuevas cartas: La Torre y El Cuatro de Oros. Hicimos una reunión previa entre el numeroso grupo que se iba armando, donde consensuamos los bocetos y distribuimos las tareas. Pusimos manos a la obra.

La Torre la pintamos en un edificio que esta enfrente del Olimpo. Antiguamente funcionaba allí una carpintería, pero hoy se encuentra abandonado. El aspecto de la esquina, entre el visible deterioro del edificio elegido para pintar, y las ventanas tapiadas del olimpo, es francamente tenebroso.

El significado tradicional de la carta es el de prisión y pérdida violenta. La torre en si misma representa, básicamente, una construcción artificial opuesta a las leyes naturales, que se regodea con soberbia en el poder que evidencia su existencia.

La carta representa todo eso, en el instante de empezar a caer para siempre.

Dice Rogelio: “En la Torre no hay una estructura de respaldo, no es la transformación de una estructura nociva o inviable en otra mejor: no hay un "otro lugar", mejor o peor, a dónde ir, sino sólo el quiebre absoluto de la pauta reinante, el hundimiento completo del lugar donde uno está y siempre estuvo. La Torre no implica liberación, sino desnudez. “



Algunos sucesos que explicaremos oportunamente hicieron que tuviéramos que acotar el desarrollo del trabajo a una versión mínima. Sin embrago, más tarde tuvimos nuestra revancha: todos los que pintamos ese día fuimos al parque avellaneda, escribimos en unos papelitos aquello que queríamos dejar atrás, y los arrojamos a la fogata. Y luego, al lado de nuestras torrecitas personales, tiramos la Torre, y asi la hicimos caer, finalmente


domingo, 6 de septiembre de 2009

El Sol: tercera pintada

El 5 de julio fue el día elegido para empezar a pintar el Olimpo. Quisimos arrancar con una carta que tuviera una significación muy importante, y por eso elegimos el Sol. Rogelio nos dice lo siguiente:

“De todas las situaciones vitales posibles descriptas en el mazo, el Sol representa tal vez la más sencilla.

Y a la vez , quizá sea la más potente, poderosa y benéfica.

Su pertenencia a los Arcanos Mayores se define en este caso no tanto por la complejidad o cantidad de ideas, sino por la importancia radical de esta única idea, la importancia que tiene el poder conectar con su esencia en la vida, y los efectos maravillosos que brinda en la misma.

El sol es la alegría, simplemente.
La dicha plena, pura, inmotivada.
Sin razón, sin necesidad ni pretensión de justificarse. Sin sombra ni doblez.”

Teníamos algunas dudas respecto de donde ubicar la carta, que fueron rápidamente despejadas, una vez más, por la pared misma. El comando de avanzada, liderado por Marie, encontró esto en una pared:





Si ya estaba ahí ¿Qué otras dudas quedaban?Vimos los bocetos que casi todos habíamos llevado y decidimos hacer una combinación de todas las versiones de los soles que había. Albergábamos algunas inquietudes con respecto a la cabalgadura, que fueron despejadas con el arribo de Fantoni. También tuvimos alguna que otra interesante visita:



Con el correr de las horas, y cuando todavía estábamos lejos de terminar, unos nubarrones aparecieron, y finalmente se desató una tormenta, granizo incluido. Tuvimos que suspender por un buen rato, y después hacer una versión apurada, sobre la pared todavía húmeda. Nos quedó afuera el texto que queríamos incluir, la combinación de soles, y unos cuantos rayos. Y también nos quedamos sin fogata



No importaba demasiado, ya tendríamos nuestra revancha…