viernes, 30 de enero de 2009

Segunda lectura: los pibes de la placita




Entre los que participamos de la pintada anterior y gente nueva, el viernes 23 de Enero nos juntamos alrededor de quince personas en casa de Tave a prefigurar las siguientes acciones del Proyecto Tarot Buenos Aires.

Entre empandas y cervezas, el planteo fundamental giró alrededor de la dinámica de acción: ya hicimos un par de cartas murales, basadas siempre en lecturas de cartas colectivas.
¿Queríamos repetir esa dinámica, o cambiarla?
Mezcla de hiperkinesia y feedback, flotaba fuerte el deseo de hacer algo nuevo, y que nos llevara más allá de lo que ya habíamos hecho.

Una de las propuestas que presentó el eMePeCe era la de que, ya que hacemos intervenciones urbanas y arte callejero, por un lado, y tenemos la evidencia de que somos sólidos como colectivo artístico por otro, podíamos ya abrir el juego e incluír en la acción al actor que aún no había participado de todo esto: el hombre de la calle.

Una posibilidad era tocarle el timbre a cualquier señora del barrio y preguntarle si no quería una lectura de cartas, para que finalmente pintáramos la que eligiera en su pared.

La que tiró Oveja fue más intensa: hay dos cartas murales ya hechas en el mismo lugar, una esquina al lado de estación Drago, donde hay un placita, parada de un grupo de chicos del lugar (entre quince y treinta años, los chicos). Como fueron hechas con poco tiempo entre una y otra, tanto artistas como chicos del lugar nos vimos bastante las caras, y nos reconocemos mutuamente.

“Y me re cierra”, dice Oveja, “que salgamos ahora, le hagamos una lectura de cartas a los chicos y pintemos las cartas que ellos elijan”.


Al principio me opuse a la idea. Me expresé más o menos así: “estos pibes se pasan el día en la esquina, tomando cerveza y quetedique… no espero que salga ninguna carta positiva, y no la voy a poder disfrazar de nada: no voy a poder evitar decirles que viven en un callejón sin salida. Y no creo que les guste”.

No obstante, la mayoría estuvo de acuerdo así que fuimos, y el resultado me sorprendió, porque fue lo mismo, pero bien.

Llegamos y ya Oveja les había explicado lo primero. Me presenté, charlamos un poco, y arrancamos con una lectura de cartas para los seis chicos de la plaza que se interesaron.

Usamos una lectura ya probada para lo grupal: la “lección de vida”, que indica aquello que uno debe aprender en el presente, o va a aprender en el futuro inmediato.
En este caso, indicaría lo que cada uno de los chicos involucrados debería aprender como individuo y todos juntos como grupo, durante el resto de 2009.
Cada uno de ellos sacó una carta y las colocamos en fila, cada una en su posición.


Las cartas y posiciones que salieron fueron: El Mundo como “la lección en sí”, el Cuatro de Copas invertido como “lo que va a distraer de dominar la lección”, el Siete de Copas como “lo que va a ayudar a dominar la lección”; el Seis de Copas invertido como “el vehículo que va a enseñar la lección”, el Ocho de Oros como “la perspectiva a asumir” y el Siete de Oros, invertido, como “la perspectiva a descartar”.

Resumiendo la interpretación, me encontré diciéndoles que la lección en sí es la de aprender a fluir con los acontecimientos de manera activa y sin estancarse (El Mundo), para lo cual deberían dejar de lado cierta actitud infantil de insatisfacción (el Cuatro de Copas invertido), que de todas maneras se les caería sola por los acontecimientos del año, marcando cierta desilusión (el Seis de Copas, invertido), y centrarse en “abrir sus cabezas” y tomar una perspectiva panorámica de los posibles caminos para la vida de cada uno (Siete de Copas), dejando de lado nuevamente una actitud de derroche y desvalorización de lo que tienen (el Siete de Oros invertido), cambiándola por una de trabajo activo, humilde y dedicado (el Ocho de Oros).


No esperaba poder decir semejantes cosas de manera positiva, y menos ser tan bien escuchado, pero la actitud de los pibes fue de muuucha atención.

Como no tuvieron preguntas, pasamos directo a lo siguiente: ¿Qué cartas quieren que pintemos?

“Porque esas, las van a ver todo el año”, les dijimos.

Se miraron entre sí y dijeron sin dudarlo “las que están bien paradas”.
Me encantó la manera de definirlas.
Mucho más cuando vimos cuáles eran.
Las más positivas de toda la lectura, y algunas de las más lindas del mazo: El Mundo, el Siete de Copas y el Ocho de Oros.

Quedamos en que, una vez repartidos los textos dentro del grupo TBA, los artistas comenzarían a bocetar y, en más o menos una semana, pasaríamos de vuelta a consensuar con ellos qué bocetos van.


Después de eso, a pintar.

Al irnos, me cayó la ficha de que se pasarían el resto del año, de veras, viendo un cuadro con un contenido positivo y optimista, que habrían ayudado a definir, y que estaría ahí enfrente suyo… porque es lo que eligieron.

5 comentarios:

Rogelio Ferreyra dijo...

Che... al principio me gustaba el texto, pero ahora re leído... no sé, me veo medio susanita... ¿qué piensa el resto?

Rozonda Salas dijo...

Pues a mi me encanta esa forma de hacer llegar el tarot a la gente, y también me agrada tu sinceridad. Una cosa que consigue el tarot es que veamos muchos lados diferentes de la gente y abandonemos ideas preconcebidas, y eso es loq ue tu has vivido. Felicidades por el blog y por vuestras actividades.

Meuge Sandín dijo...

Está muy bien, me puso la piel de ave!... lo que habrá sido para esos pibes escuchar eso. Y lo bueno que será recordarlo cada vez que vean las cartas en la pared.

JL dijo...

Esto es vanguardia.



-JL

derrewyn dijo...

I want fiestarot! fiestarooot!


(y las fotos del mundo en el blog XD)